Pasaron más de quinientos días, y aún dudo que fuese yo la que estubiese a su lado...
Más de quinientas miradas y aún dudo que fuese yo el reflejo de aquellos grandes ojos. Más de quinientas sonrisas que nos llegaron a convencer más de quinientas veces. Más de quinientos besos, y aún dudo haber respirado su aliento. Más de quinientos gestos, más de quinientos abrazos, más de quinientas veces tomé su mano y aún dudo haber rozado aquella pálida piel.
Más de quinientas miradas y aún dudo que fuese yo el reflejo de aquellos grandes ojos. Más de quinientas sonrisas que nos llegaron a convencer más de quinientas veces. Más de quinientos besos, y aún dudo haber respirado su aliento. Más de quinientos gestos, más de quinientos abrazos, más de quinientas veces tomé su mano y aún dudo haber rozado aquella pálida piel.
Más de quinientos te quieros que a la larga nos traicionaron. Más de quinientas promesas que a la larga se rompieron. Nuestras más de quinientas mentiras que lograron delatarnos; y nuestras más de quinientas disculpas, insuficientes para sanar todo aquel daño.
Más de quinientos golpes, más de quinientos gritos; ellos hicieron callar nuestros más de quinientos silencios.
Más de quinientas humillaciones que nos hicieron enloquecer; Más de quinientas lágrimas que tu egoismo me consiguió robar.
Más de quinientas humillaciones que nos hicieron enloquecer; Más de quinientas lágrimas que tu egoismo me consiguió robar.
Más de quinientos sentimientos, más de quinientas emociones, más de quinientos afectos, más de quinientos...
Y ahora te miro, despues de esas más de quinientas veces. Ya no queda nada.
JULIO VERNE