Recuerdo cada detalle de aquel día. Desde por la mañana ya haciendo inventario de mi armario en mi cabeza, para ver que era lo más adecuado llevar (aunque en realidad estaba pensando que sería lo que más te gustaría a tí). Todo el día inquieta, pensando, cambiando de ideas, enfadándome porque el tiempo no pasaba a la velocidad que yo quería... Por fin llega la noche, y salgo a tu encuentro. Te veo de lejos, pero me hago la interesante, nos acercamos a vuestro grupo, saludándo a todos por igual, aunque a tí te premio con una sonrisa, y comenzamos a hablar.
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Desahógate escribiendo :)