murphy

si algo puede salir mal saldrá mal. cuando era pequeña conocí a una persona maravillosa la cual me enseñó muchísimas cosas. me pasaba el día con el viendole, ayudandole en lo que podía y por supuesto aprendiendo. no había detalle que se me escapase. prestaba atención y solo veía a alguien a quien le apasionaba lo mismo que a mi, pero que era tres veces mejor que yo. nunca dude que yo lograría ser tan buena como el. a esas edades, hablo de unos 10 años, dos años de diferencia son un abismo imposible de cruzar. para mi el era mayor y yo creía ser una enana a sus ojos. el tiempo paso, y por caprichos de la vida me aleje de el sin querer, al igual que el de alejó de mi sin ser aquella su voluntad. se fue del club, se fue a otro por motivos ajenos a nosotros dos. la vida siguió su curso y yo nunca logre olvidarle del todo. un rincon de mi cabeza y pensamiento era suyo y aunque yo pasara por allí poco nunca dude de su existencia. caprichosa como siempre la vida volvió a unirnos, comenzamos a hablar y hablar y hablar y yo comprendí que era el hombre perfecto. lo encontré y estaba ahí hablando conmigo como si no hubiese pasado el tiempo, aunque si que había pasado, dejandole ser mas hombre, mas caballeroso mas guapo y mucho mas todo. a mi me hizo mas exacta, mas meticulosa, también mas mujer. lo veo todos lo días y maldigo ser su amiga y no algo mas porque si alguien puede hacerme feliz es el. ahora parece que esos dos años antes impensables que nos separaban no son nada, ahora ni el es mas mayor ni yo mas pequqña, somos almas iguales, cabezas pensantes que lo hacen al mismo son, con complicidad, sin esfuerzo, siempre racional y sinceramente. esos dos años que nos separaban ahora no son nad, ya que la mujer a quien el quiere tiene cuatro años menos, y a nadie parece importarle, y por supuesto no por la edad de ella, sino por mi egoísmo y porque lo quiero a el para mi.